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| Jorge Luis Vanegas, cantante de Vulgarxito |
18 años también es la edad de nuestro festival de rock más importante: Rock al Parque, que durante este tiempo hemos construido a pulso y que como buenos locos, fue una idea descabellada que ahora es el pastelito mas codiciado del medio comercial artístico en nuestra ciudad.
Este espacio que dimos a luz, y del que somos parte tanto como público, artistas, técnicos, melómanos, periodistas, empresarios, pero sobre todo como rockeros y amantes de la música; era impensable hace 20 años. Tener nuestro lugar anual donde vivir el Rock a todo dar, y compartir nuestros mejores días y obras, ideas y ritmos, sin igual, no tiene ninguna analogía posible para explicarlo. Pero en estos 18 años comprendemos, en nuestro mejor uso de razón, que estamos logrando hacer del Rock algo cultural, es decir, que pasamos de la contracultura a ser parte de esta sociedad guerrerista para mostrar con ideas y propuestas, nuestros proyectos de vida y nuestros argumentos de convivencia.
El Rock para nosotros es nuestra forma de vida. Sin darle el tinte romántico, con él pagamos el arriendo, compramos la comida y, en últimas, con él terminamos siendo unos ciudadanos trabajadores. Trabajadores, pero inconformes. Inconformes, pero constructivos, y es por eso mismo que nos sentimos manoseados por las personas que actualmente, y durante los últimos años, están manejando el festival de Rock al Parque.
Estas personas perdieron la línea, la razón de ser del festival, que no era otra que fortalecer a nuestras bandas de Rock. Y aclaro: el Rock es joven y viejo, multicultural, diverso, universal, pero sobre todo contestatario, levanta ampolla, pone a pensar… y se puede tocar y cantar muy bien, pero también puede ser ruidoso, melancólico, alegre… pero es Rock y también genera mercado y es incluyente, pero es Rock, y nuestro festival se ha convertido en un booking de la organización.
Ellos vieron como llenamos año tras año los escenarios y fueron cegados por el dinero de productos que no tienen nada que ver con nuestra esencia. Además estas personas no tienen conocimiento del tema, no son idóneos y se tiraron la idea original. Por eso exigimos que en la dirección del evento estén personas que realmente sepan lo que están haciendo. No queremos personas que por hacer favores políticos tomen decisiones equivocadas. Queremos jurados de Rock para Rock. Grupos de Rock, eventos de Rock, no de Champeta ni de Hip Hop, ni Reggae. Estas expresiones tienen sus propios espacios y no podemos caer en la banalidad comercial de la afluencia y el rating porque Rock al Parque es algo que se ha construido durante casi dos décadas a pulso.
Nosotros somos rockeros y podemos construir nuestra industria sin tener que arrastrarnos con las modas.
Efectivamente Rock al parque ha tendido a deteriorarse producto de la primacía de comercializar la musica, y ello no es ajeno a las dinámicas del dinero y en general del capitalismo, por eso precisamente ha triunfado!, por que ha tenido la capacidad de coptar todo (hasta lo contracultural) para volverlo producto de su reproducción. En ese sentido, no le podemos pedir un buen obrar a quienes manejen el festival, sea quien sea, mientras se encuentren inmersos en esta lógica, siempre prevalecerá lo que sea comercialmente rentable, y en el mundo que vivimos, es una ilusión hacer esto con una ética 100% puro. En conclusión, si queremos espacios, donde verdaderamente sea el rock el factor de construcción de convergencia, tenemos que empezar a desarrollar espacios independientes y autogestionados, de la mano de papá estado con su representación en lo público y la alcaldía no es significativo lo que podemos esperar.
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